Cómo pocas veces mi mente está en blanco, está vez no es porque quiera entrar en un estado de meditación zen ni por la metafísica ni nada parecido, sólo está en blanco.
Intento focalizarme en alguna cosa pero nada se adhiere a mi cerebro, ni que lo hubiese barnizado que está tan resbaloso.
Miro mis cosas y no les encuentro ningún significado.
Hago mis cosas por inercia.
Nada de eso me molesta, no siento nada, amor, odio, alegría, pena, rabia, desesperación, algarabía... todas esas cosas están quizás de vacaciones en Bali o en otro planeta ya que por alguna razón no sé de ellas hace más de dos días, y no me preocupa volver a sentirlas, de hecho la única preocupación que ni si quiera se puede considerar como tal, ya que va y viene es una puntada en mi cabeza tan grande que tengo que dejar de hacer lo que hacia por causa del insoportable dolor que me causa.
¿Puede ser acaso eso lo que me tiene la mente en blanco?
Después de toda está charla será tan así lo de tener la mente en blanco, nunca sé si es así o es solo una manera de decir que me siento como un zombie.
A pesar de no tener ningún sentimiento necesito salir a caminar, es instintivo como que mis pies se moviesen solos.
Son casi las 3 de la mañana y es la 4 puntada de este día más las constantes de mi pecho...
Será que moriré, no lo creo, quizás sea la manera de manifestarse de algún ser extraterrestre que está ocupando mi cuerpo de maneras extrañas. Siempre he creído que soy un excelente espécimen digno de un análisis de seres superiores, los haría creer que hay gente con un nivel muy similar a ellos, no lo digo precisamente por los ojos saltones, la cabeza grande, las manos chicas, el cuerpo deforme que quizás igual y les de un cariño inexplicable hacia mi persona.
Mejor me voy cantando .... Había una vez un barco chiquito, había una vez un chiquito barco, había una vez un barco chiquito, tan chiquito que no podía navegar...
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